Cuando este artículo vea la luz de Internet, estará a punto de celebrarse en la Catedral de Sevilla la solemne ceremonia de beatificación de veintisiete mártires dominicos, asesinados durante los primeros meses de la Guerra Civil por el grave delito de ser cristianos y manifestarlo. Entre ellos los había de muy diversas edades, unos eran frailes sacerdotes, otros hermanos cooperadores, así como estudiantes, un laico periodista y una monja. Ahorro a los lectores los macabros detalles de algunas de esas muertes cometidas por hordas de milicianos, la mayoría, para más inri, pertenecientes al “Ateneo Libertario” de Almagro, localidad donde tuvieron lugar casi todos los crímenes, aunque también los hubo en Almería y en Huéscar. Para quien sienta curiosidad o por mejor decir interés en conocer las historias con más información, les sugiero que consulten la página web dominicos.org/beatificaciones-2022. En ella encontrarán, amén del testimonio heroico de este puñado de religiosos escogidos por el destino para encontrarse de bruces con el odio a la fe, una buena lección de Historia de España. Ésta sí entra en la cronología capitidisminuida que la ley Celáa autoriza a conocer a nuestros escolares, pero dudo mucho que alguien vaya a enseñar un capítulo así, al menos antes de que caigan los mitos que asocian en el inconsciente colectivo democracia con izquierda.
La beatificación fue aprobada por
el Papa en diciembre de 2019, aunque la pandemia ha impedido que se lleve a
cabo el acto litúrgico hasta ahora. Asistirán jerarquías eclesiásticas de
máximo nivel (prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos,
arzobispo de Sevilla y maestro general de la Orden de Predicadores). Es la
coronación del proceso que declara beatos a unos creyentes cuya sangre
derramada sigue dando frutos. Sus nombres se sumarán a los de otros trescientos
beatos que acumula la Orden de Predicadores a lo largo de sus ochocientos años
de existencia. Estos nuevos tallos de santidad recibirán culto en la iglesia de
Santo Tomás de Sevilla, en pleno centro de la ciudad y junto al actual convento
de dominicos. Se da una circunstancia ciertamente llamativa y dramática, si se
pueden añadir notas de lamento a tan crueles ataques. El convento de la
Asunción de Almagro, del cual eran frailes veinte de los mártires, contenía el
archivo del histórico convento desamortizado de San Pablo de Sevilla, actual
iglesia parroquial de la Magdalena. Dicho archivo poseía documentos desde la
misma fundación del principal cenobio dominicano de Sevilla; es decir, desde el
siglo XIII. Todo ello se perdió por decisión del “Ateneo Libertario” de Almagro
una aciaga noche del verano de 1936, quedando reducidos a cenizas, entre otros
muchos vestigios, numerosos expedientes de la Inquisición, que residió en dicho
convento hispalense de San Pablo y que ya nunca podrán ser investigados. Por supuesto
que al lado de una sola vida sacrificada los papeles son poca cosa. Son lo que
cada uno conceda de valor a la cultura.
Todo esto es memoria histórica,
como lo es el grueso tomo “Historia de la persecución religiosa en España”, del
que fuera arzobispo de Mérida-Badajoz Antonio Montero Moreno, fallecido hace
dos días, tras noventa y tres años de fecundísima dedicación pastoral e
intelectual. Fue un gran periodista y una persona de trato entrañable, que
dedicó al tema que nos ocupa su tesis doctoral. La Biblioteca de Autores
Cristianos la editó cinco veces y ya van ¡más de treinta mil ejemplares
vendidos! Antonio Montero fue durante once años obispo auxiliar del Cardenal
Bueno Monreal en Sevilla. Sin duda, habría asistido gustoso a la beatificación
de los mártires dominicos, que engrosan la nómina de ocho mil religiosos
asesinados en días ya lejanos pero no tanto como para que se borre el recuerdo
y la veneración a sus almas y a su ejemplo. Aunque algunos quieran resucitar
sólo nuestros demonios familiares, el santoral vence al tiempo y da fe del
poder infinito que destila la Resurrección. Todo ello conforma un buen cóctel para
reflexionar en una jornada como la de este 18 de junio de 2022.
Enhorabuena.
ResponderEliminarQue gran artículo !!
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