lunes, 8 de julio de 2019

LA IMPORTANCIA DE GUARDAR LA COMPOSTURA


Una de las razones principales —no lo duden— por las que VOX ha irrumpido en el panorama político institucional español, desde su sorpresa andaluza del 2 de diciembre es su formalidad, su apego a los modales, su buena educación, en suma. Eso se ve, sobre todo, en las mesas informativas de las calles, donde la gente de a pie de las siglas verdes dan un ejemplo de cortesía, incluso ante miradas o comentarios torvos o la presencia de boicoteadores más o menos amenazantes. No olvidemos que muchos de sus integrantes proceden del Partido Popular. VOX sostiene ideas muy contundentes, si se quiere extremas (término siempre relativo a las circunstancias del momento) pero lo hace respetuosamente hacia el adversario y con gran aprecio de las maneras que tanto significado encierran siempre. Hay excepciones, claro está, tanto más inevitables cuanto que estamos ante un partido nuevo que se enfrenta con todo el espectro “admitido” hasta hoy. Pero la tónica es ésa de la moderación en el lenguaje, al menos sin traspasar las fronteras de la afrenta personal. Y lo es por dos motivos: porque es un partido conservador y porque su mensaje, a contracorriente, llega más y mejor si no se da la razón a quienes lo descalifican por agresivo.
De ahí que resulten tan chocantes los dos últimos episodios tocantes a la comunicación que han dejado fuera de combate a esta nueva formación de derechas. En Andalucía, nada menos, el otrora número uno Francisco Serrano ha protagonizado un culebrón, al parecer involuntario, que ha tenido como cauce ese campo de minas que son las redes sociales. En este caso, se trataba de cuentas personales del líder y juez en las que se plasmaron opiniones temerarias sobre la sentencia de “la manada” que el Tribunal Supremo acababa de emitir. Recordemos que dicho pronunciamiento judicial se extiende a lo largo de más de trescientas páginas y las frases de Serrano, como corresponde al medio en el que fueron difundidas, son sólo un ramillete. Lo cierto es que dieron la vuelta a España en las portadas de casi todos los periódicos, por no hablar de la “sangre” hecha en televisiones, radios y en las mismas redes sociales. El jefe del Grupo Parlamentario de Vox en el Parlamento de Andalucía elaboró y colgó en sus redes, horas después, un comunicado exhaustivo de un folio analizando dicha sentencia con rigor, mesura y conocimientos técnicos de enorme nivel. Pero este texto no llegó más que a quien quiso leerlo, que fuimos cuatro gatos. Después, Serrano se perdió en un laberinto de autorías de los exabruptos que desembocaron en algo tan inaudito como que alguien con acceso a su cuenta puso en ella aquella dinamita sin su consentimiento. Acto seguido, se retiró durante un mes de la vida pública, y en ello estamos.
Pero un diputado autonómico de VOX que se caracteriza por ese tacto y elegancia al que aludía al principio, Alejandro Hernández, portavoz parlamentario desde hace meses, apechó con la situación, criticó abiertamente a Serrano por su descuido y encarriló el accidente con suprema mano “izquierda” pero sin arriar bandera alguna.
No obstante, no acaba ahí la historia. Cuando parecía que las dichosas redes ya habían jugado todas las malas pasadas a VOX, una nota del partido en su cuenta oficial nacional y con logo y bandera incluidos lanza improperios groseros y hasta chabacanos a  destacados miembros de Ciudadanos. No voy a reproducir aquí lo expuesto por el autor de dichas increpaciones, como no lo he hecho con los otros mensajes, pero sí voy a reproducir las palabras de Alejandro Hernández cuando toda la izquierda y parte de la no izquierda andaluza se le echó encima en sesión parlamentaria: “No estamos orgullosos de esas comunicaciones. Le pido disculpas (a Ciudadanos) por lo que a mí respecta”. Obviamente, el portavoz tuvo que limitarse a hablar en su nombre (aunque en sede parlamentaria), pero ahí quedó la cosa.
Dos pinceladas para situar ambos deslices comunicativos en sus respectivos contextos temporales: Las acometidas de Serrano contra la sentencia del Supremo (que, al parecer no eran suyas) tenían lugar justamente cuando el alto Tribunal acababa de comenzar el estudio de otra sentencia, la del intento de secesión de Cataluña, en la que el único partido que se ha personado como acusación popular ha sido VOX, cuyo secretario general, Javier Ortega Smith, ha ejercido dicha función, como toda España ha podido constatar día a día.
Y el otro dato: El mensaje del perfil oficial de VOX desde la dirección nacional suscitó los ataques de la oposición andaluza durante el debate en el que se discutía una proposición no de ley presentada por dicha formación ante el asedio permanente y sistemático sufrido a lo largo de la joven legislatura. La propuesta se aprobó, pero descafeinada y sin citar al partido.
VOX, también por redes, quiso suavizar sus salidas de tono, aunque como en el caso de Serrano el remedio fuera peor que la enfermedad: “Nuestro CM de verano, aunque tenga razón, debe vigilar el lenguaje. No podemos garantizar que si Ciudadanos se empeña en dar los gobiernos al PSOE, esto no vuelva a suceder.”
Pues estamos listos con los gestores de las redes sociales. Hay que reconocer, y bien lamentable que es, que los partidos de siempre controlan mucho mejor las suyas. Y eso, en una oferta electoral nueva que acoge a cincuenta mil afiliados y tiene representación ya en las cámaras de la Nación, de las regiones y de los municipios de toda España, es imperdonable. Urge ponerse las pilas, amigos de VOX. Las redes sociales no pueden ser un salvoconducto para el insulto en un partido tan serio y necesario para la España de nuestros aciagos días.

2 comentarios:

  1. Muy oportuno tu artículo, que aclara y enfoca correctamente acontecimientos chocantes y casi inexplicables en VOX. El partido, acosado e injustamente demonizado por partidos políticos dominados por la baeza, tiene que mantener sus nervios bajo control. Perder la compostura y lanzar exabruptos es lo que el enemigo quiere para poder destrozarlo a placer.

    Francisco Rubiales

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  2. Muy de acuerdo Ángel con tu post...hay que aprender de errores como estos y seguir adelante con fuerza. Vox es más necesario que nunca viendo la deriva de la política nacional y sus viejos partidos que nos representan

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