“Al final, la gente vota al partido y los demás estamos de paso”
Blas Ballesteros dixit
Escribía quien esto suscribe hace
algunos meses un artículo titulado “Susana Díaz y la caza mayor” en el que
hacía cábalas acerca del futuro con el que jugaba la presidenta moviendo hilos
dentro del PSOE para escalar cuanto pudiera en una situación pintiparada. Con
altibajos, creo que la realidad me va dando la razón. Pase lo que pase a corto
plazo, y una vez superados —quizás en apariencia— dos escollos llamados
consejero de Economía (ex rector) y consorte en los cursos de la UGT, la otrora
concejal de Juventud (cuando se tocaba de su pelo natural castaño y rizado) va
quemando etapas con paciencia tardonera y la mirada puesta, como la chica del
Titanic, más allá del horizonte (autonómico).
Susana ha movido ahora un peón de
caza menor. O al menos, eso parece. Una Diputación no da el paso que ha dado la
de Sevilla creando y nombrando una plaza innecesaria dotada con 70.000 euros
anuales sin previa consulta a la instancia superior, que en este caso reside en
San Telmo. Pero la pregunta del millón es ¿por qué? Para disparar a los venados
es preciso haber afinado la puntería con las liebres. Les doy nombres: a
principios de año fue recolocado como inspector médico jefe de Andalucía un
señor llamado Alfredo Sánchez Monteseirín, tras varios años dando clase en una
universidad madrileña. Plaza fija excelentemente remunerada y dependiente de la
Junta de Andalucía. Meses después fue nombrado responsable del Real Alcázar de
Sevilla —la mayor empresa municipal— un señor llamado Bernardo Bueno, de larga
trayectoria en el PSOE local. Y ahora se concede la antedicha prebenda a don
Blas Ballesteros, cuyo historial político nada tiene que envidiar al anterior y
se debe principalmente al primero. Las coincidencias en política no existen.
Doña Susana Díaz comenzó su recorrido por la Administración de la mano de
Monteseirín, como concejal de Juventud, Empleo y Recursos Humanos en la misma
corporación en la que figuraba Blas Ballesteros como edil de Turismo, Tráfico y
Transportes. Éste último fue fundador y presidente de Aussa, la empresa de la
zona azul y los aparcamientos públicos.
Si el puesto de concejala había significado
el salto del partido a las instituciones para la secretaria de las Juventudes
Socialistas de Andalucía, el salto a la política nacional se produjo a
continuación: en 2004, Susana Díaz pasa al Congreso de los Diputados, y
simultáneamente a la Secretaría de Organización del PSOE de Sevilla. La
siguiente estación sería la de diputada en el Parlamento de Andalucía, que simultanearía
con la Secretaría de Organización del PSOE andaluz. El resto, es fácil
recomponerlo.
¿Qué pasó durante aquellos
primeros años de Díaz en relación directa con el PSOE sevillano para que ahora
refloten tan orondamente sus náufragos? Sinceramente, lo ignoro. Sólo puedo dar
algunos apuntes. Por ejemplo, la encarnizada guerra entre el sector
oficialista, en el que figuraba un señor llamado José Antonio Viera, y el
crítico, encabezado por Monteseirín, aunque he de aclarar que la vida de las
agrupaciones locales socialistas, especialmente la del centro, es algo así como
un totum revolutum en el que al final todo el mundo reaparece. Las
combinaciones de alianzas son infinitas, como las del álgebra. Es interesante,
no obstante, señalar un hecho cuando menos sumamente curioso. Entre los cuatro
sectores que en diciembre de 2008 aglutinaban votos en las elecciones a la
Secretaría General de la poderosa agrupación Centro, uno estaba liderado por
Blas Ballesteros, que a última hora decidió abandonar a su mentor, Monteseirín,
para irse a la lista del enemigo, Bernardo Bueno, el oficialista. Recordemos
quién era secretaria de Organización en el PSOE sevillano: Susana Díaz. En las
asambleas previas al congreso provincial, Blas había encabezado las listas
críticas afines al alcalde. Finalmente, en julio del año siguiente, José Antonio
Viera, candidato oficialista, sería elegido secretario provincial con el 90 por
ciento de los votos. Ni que decir tiene que, tras la fractura del sector
crítico, Bueno era secretario local. La carrera posterior de Díaz, dependía, y
mucho de Sevilla Centro. Y también de su licenciatura (o grado) en Derecho, que
ha conseguido don Blas tras arduos esfuerzos también y que era requisito —el único
que se le ha exigido— para ser lo que ya es.
El sector oficialista dominaba, días antes de las elecciones, la agrupación Centro, y —ojo al dato— la de Triana. En un pis pas, las cosas dieron la vuelta. Medió un intento de los críticos, a través de un dirigente del Ayuntamiento, de movilizar a los militantes trabajadores de Aussa, que eran muchos, para que les respaldaran. Recordemos lo que respondía Ballesteros, en febrero de 2003, cuando había sido defenestrado de las listas municipales, a la acusación de haber “modelado” la plantilla de la empresa: “Es cierto que para el personal de confianza haya contado con personas de mi partido y que haya querido rodearme de mi equipo, pero en el resto de contrataciones de la empresa ha guardado el más absoluto respeto a la normativa de contratación municipal.”
El sector oficialista dominaba, días antes de las elecciones, la agrupación Centro, y —ojo al dato— la de Triana. En un pis pas, las cosas dieron la vuelta. Medió un intento de los críticos, a través de un dirigente del Ayuntamiento, de movilizar a los militantes trabajadores de Aussa, que eran muchos, para que les respaldaran. Recordemos lo que respondía Ballesteros, en febrero de 2003, cuando había sido defenestrado de las listas municipales, a la acusación de haber “modelado” la plantilla de la empresa: “Es cierto que para el personal de confianza haya contado con personas de mi partido y que haya querido rodearme de mi equipo, pero en el resto de contrataciones de la empresa ha guardado el más absoluto respeto a la normativa de contratación municipal.”
Vaya por delante que, dada la
complejidad y lo cambiante de la situación en el seno del PSOE más medular de
España, cuanto antecede puede contener errores. No obstante, el fondo del
asunto es el mismo: Susana Díaz debe mucho a estas piezas de caza menor,
fundamentales para mantener “pacificado” al PSOE andaluz por lo que pueda pasar
en los próximos meses. De ahí a la montería de grueso calibre no hay nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario